El papá de Marcelita le explicó que el mejor regalo que una persona puede dar es alguna cosa o posesión muy querida, algo que uno valore mucho. Algunos meses después, en su cumpleaños, el papá de Marcela encontró en el bolsillo de su chaqueta una nota donde su hija había escrito con lápiz rojo: “eres mi papá favorito y te amo como el tamaño del cielo. Mi regalo es lo que más me gusta. Está en el otro bolsillo”. En el bolsillo el papá encontró una piruleta con sabor a fresa que él le había traído la semana anterior. Aún tenía el envoltorio.
Luisa Vallejo Torcelly
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